Al llegar a Palma de Mallorca, quedé casi de inmediato hechizado por la luz del sol y la elegancia de esta capital isleña del Mediterráneo. Su costa de un azul irreal, las palmeras por doquier, iglesias góticas suavemente envejecidas, restos moriscos, museos de arte moderno… parecía que cada ladrillo y cada piedra susurraban historias antiguas de la isla.
Sin embargo, viajar no es una postal, no se trata solo de paisajes apilados. Detrás de ese romanticismo, también he cometido varios errores —desde pequeños obstáculos en la comunicación hasta reglas ocultas del transporte público, pasando por los malentendidos comunes sobre los horarios de comida y las propinas en España—. Estos detalles, si nadie los explica, pueden afectar fácilmente toda la experiencia del viaje.
1. Transporte: olvídate de la fantasía de “caminarlo todo” y entiende la lógica del transporte urbano
1.1 El sistema de transporte público no es tan “amigable para turistas”
El transporte público de Palma se basa principalmente en autobuses gestionados por EMT, además de un pequeño tren turístico que conecta Palma con Sóller. Aunque a primera vista parece funcional, rápidamente se vuelve insuficiente si tu plan es moverte con flexibilidad o explorar fuera del centro.
- Horarios poco fiables: Muchas rutas terminan su servicio alrededor de las 20:00 o 21:00, especialmente aquellas que no son principales. Una vez, tras disfrutar de un hermoso atardecer en el Castell de Bellver, descubrí que ya no había autobuses de regreso y tuve que caminar cuesta abajo durante casi una hora hasta el centro. Es crucial revisar los horarios con antelación y considerar opciones alternativas para el regreso.
- Nombres de paradas poco intuitivos: Los nombres de las paradas a menudo no coinciden con los de los sitios turísticos cercanos, y aplicaciones de mapas como Google Maps no siempre son precisas. Por ejemplo, si deseas visitar la Plaça de Santa Eulàlia, la parada más cercana se llama “Plaça Cort”. Esta descoordinación puede generar confusión, especialmente si no conoces bien la ciudad. Llevar un mapa físico o consultar con los locales puede ser muy útil.
1.2 Los taxis no son baratos ni fáciles de encontrar
Aunque los taxis en Palma tienen tarifas reguladas y taxímetros, el precio puede ser elevado para trayectos cortos. Además, durante las horas punta, festivos o en zonas muy turísticas como la catedral o el paseo marítimo, conseguir uno puede ser complicado.
- Usa apps locales: Aplicaciones internacionales como Cabify o FreeNow tienen una presencia muy limitada o nula. La mejor alternativa es “TAXI PMI”, la app oficial de la asociación local de taxistas. Permite hacer reservas, seguir la ubicación del taxi y pagar con tarjeta, todo desde una interfaz en inglés.
- Precio estimado del aeropuerto al centro: Suele oscilar entre 20 y 25 euros, aunque puede aumentar con recargos por equipaje voluminoso o si viajas de noche. Si viajas en grupo, compartir taxi es una buena forma de reducir costes y evitar esperas prolongadas.
1.3 Alquilar coche: la mejor opción para recorrer la isla
Para quienes desean descubrir la verdadera belleza de Mallorca más allá de Palma —como las montañas de la Serra de Tramuntana, los pueblos con encanto como Valldemossa o Deià, o los acantilados de Formentor— alquilar un coche es prácticamente imprescindible.
- A tener en cuenta: En Mallorca se conduce por la derecha y, aunque los límites de velocidad son relativamente flexibles, muchas carreteras secundarias, especialmente en áreas montañosas, tienen curvas cerradas y poco espacio para adelantar. Conducir exige atención constante.
- Aparcar en el centro: En el casco histórico de Palma, el estacionamiento es muy escaso y muchas zonas requieren tarjeta de residente. Se recomienda dejar el coche en aparcamientos públicos periféricos y moverse a pie o en transporte.
- Requisitos de alquiler: Muchas empresas exigen tener más de 25 años y poseer licencia con al menos un año de antigüedad. Algunas aceptan licencias extranjeras, incluida la china, si van acompañadas de una traducción oficial o un permiso de conducir internacional.

1.4 Bicicleta y caminatas: ideales para el centro, pero cuidado con los “falsos llanos”
El centro histórico de Palma es compacto y puede recorrerse a pie en pocas horas, lo que lo convierte en una opción tentadora para caminar o ir en bici. Sin embargo, no todo es tan plano como parece en el mapa.
• Desniveles escondidos: Zonas como el trayecto entre el Castillo de Bellver y el puerto tienen pendientes notables, lo que en verano —con altas temperaturas— puede volver una caminata en una prueba de resistencia. Además, muchas calles están empedradas y resultan resbaladizas o incómodas para bicicletas.
• Consejo práctico: Si decides caminar, lleva calzado cómodo y evita las horas más calurosas del día. Si prefieres alquilar una bici, busca una con buenas suspensiones y evita las zonas con tráfico intenso. Las bicis eléctricas también son una buena opción para sobrellevar las pendientes sin tanto esfuerzo.
2. Idioma: el inglés “funciona” pero no fluye; un poco de español o catalán da tranquilidad
2.1 ¿El idioma oficial no es español? En realidad son dos
Palma está en las Islas Baleares, una comunidad autónoma con dos idiomas oficiales: el español y el catalán (aquí llamado mallorquín). Esto significa que verás señales, carteles y nombres de paradas principalmente en catalán. Al principio, pasé media hora buscando la “Plaça Major” porque en Google Maps estaba así, pero en la parada aparecía como “Plaza Mayor”.
2.2 El inglés se usa, pero no es omnipresente
En hoteles, aeropuerto y restaurantes turísticos, el inglés se maneja bien. Pero si entras a restaurantes locales, al mercado o vas a pueblos pequeños, la cosa cambia. Pregunté una vez en inglés y me respondieron: “¿Español o nada?”
2.3 Frases útiles en español
Después de algunas experiencias incómodas, aprendí algunas frases clave:
- Hola, ¿habla inglés? (Hola, ¿usted habla inglés?)
- Quiero esto, por favor. (Al señalar un plato o producto.)
- ¿Cuánto cuesta? (¿Cuánto vale?)
- ¿Dónde está el baño? (¿Dónde están los servicios?)
- No hablo español, lo siento. (No hablo español, lo siento.)
Si te animas a ir más allá, aprende a reconocer palabras como “tapas”, “ración” o “vino de la casa”.
3. Costumbres de consumo: no te dejes engañar por los precios ni malinterpretes la actitud del servicio
3.1 Nivel de precios: no tan barato como esperas
Palma está entre Barcelona y Lisboa en cuanto a precios. No es “una islita económica del Mediterráneo”.
- Comida en restaurante medio: entre 20–35€/persona.
- Restaurantes gourmet: desde 50€ por persona.
- Café y tapas: espresso 1.5€, tapas entre 3–6€, menú del día 12–18€.
- Supermercado: agua 1L por 0.6€, pan por 1€, comida preparada a buen precio.
3.2 Horarios de comida: no lo des por hecho
Los horarios españoles pueden desconcertar:
- Almuerzo: desde las 13:30 hasta las 15:30.
- Cena: muchos restaurantes abren a las 20:00.
- Entre las 15:00 y 19:30: casi imposible encontrar comidas completas.
Un día, desesperado de hambre, busqué algo abierto a las 17:00 y ni McDonald’s estaba disponible (cerrado por reformas). Lo mejor es planear con antelación o llevar algo para picar.
3.3 Propinas y servicio: no confundas cortesía con frialdad
- Muchos restaurantes incluyen el 10% en la cuenta, sobre todo en zonas turísticas.
- No es obligatorio dejar propina, pero se suele dejar un 5–10% si el trato fue bueno.
- Los camareros pueden parecer “fríos”, pero es una forma de no interrumpir, no de ser groseros. Si les llamas con respeto, te atienden encantados.
3.4 Métodos de pago: la tarjeta domina, pero no olvides algo de efectivo
En general, se acepta tarjeta (e incluso Apple Pay) en casi todos lados. Sin embargo, en mercadillos, puestos ambulantes o tiendas antiguas, prefieren efectivo.
Además, los cajeros automáticos cobran comisión. Mejor traer euros desde casa o usar tarjetas sin comisiones por retiros en el extranjero.

4. Cultura local y trato social: no interrumpas su ritmo, el respeto vale más que la simpatía
4.1 La siesta no es un mito, es real
Entre las 13:30 y 17:00 (o más), muchas tiendas cierran. La ciudad entra en pausa. La primera vez pensé que había habido un apagón. No llames, no reclames, no insistas. Su ritmo de vida no está diseñado para turistas, sino para conservar su calidad de vida.
4.2 No digas “¿eres español?”
Muchos isleños prefieren ser llamados “mallorquines”, no “españoles”. La identidad regional es fuerte. En contextos políticos delicados, ese error puede ser incómodo.
4.3 Ser cortés es suficiente: no esperes euforia
Aquí un asentimiento o saludo suave ya es buena educación. No esperes la efusividad italiana. No es frialdad: es una cortesía medida. Si respetas su espacio, te recibirán bien.
5. Entender de verdad, más allá de las guías de “checklist”
Palma no es una ciudad que puedas conquistar solo con guías. Combina la pereza soleada del Mediterráneo con la terquedad cultural del catalán. Es el corazón de Mallorca, un eco de muchas culturas entrelazadas.
Los errores más comunes no son graves, sino pequeños malentendidos: el autobús que deja de funcionar, el camarero que no se acerca, las señales que no coinciden, el silencio absoluto a las tres de la tarde… esos “tropiezos” son, en realidad, parte del carácter de la ciudad. Un verdadero viaje independiente no es evitar lo desconocido, sino entenderlo, y abrazarlo con gusto.